babeo.
las palabras se escurren por mi barbilla, dicen:
ahora estoy perdido
como un lobo mordisqueando sus cicatrices, alcanzo el punto algido del rojo
(y mis ojos enrojecen)
conteniendo palabras para que seas la última en saberlo
para que no sepas nunca que
desde aquí le pego un tiro a la luna cada noche, noches tempranas estas, noches exahustas
que continúan cubriéndome sólo por verguenza ajena
así que se completa el círculo, regreso al principio, comprendiendo que el espacio y el tiempo se condicionan mutuamanete
para colocarme de nuevo en la casilla de salida, algo más viejo y perplejo, preparandome para comenzar a describir otro círculo,
que comienza conmigo vacío y acaba del mismo modo.
en la esquina al amanecer, cuando camino en la autopista eléctrica, ella dice
no vuelvas, no está todo olvidado
y me tiendo en una nube de humo, las palabras de sabiduría arañan mi puerta
y la oscuridad realmente está tan vacía como aparenta
se puede leer acerca de todo esto en la letra pequeña de más de 1500 contratos
firmados con huellas dactilares que nunca estuvieron más limpias ni más cargadas de conciencia de culpa
es cierto, nunca tuve las manos más limpias como hace unos meses,
pero qué rápido se han cubierto de todo eso que la química más avanzada no ha comenzado a comprender
y por abajo que me encuentre, la crueldad de este momento alimenta la idea de que no hay rendición posible.
no me has dado tiempo para retirarme, o para reconsiderarme, así que mientras siga funcionando como parodia del tiempo y juguete del círculo...
esta configuración de corazón hambriento y ojos cazadores seguirá en funcionamiento.
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