y en una danza impía
besa la boca del muerto
convencido
sabio
bebe la vida que quedaba
en la senilidad del olvidado.
pero habiendo visto las lágrimas de su padre
la pared golpeada que respondía diciendo nada
la espalda quebrada
quebrada
bajo el peso de saber
lo que nadie debe saber
y sin esperanza
ni siquiera queda
desangrarse
o
acogerse
al abrazo del malentendido
a la clemencia del cambio
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