Tuesday, April 4, 2006

abrázame con tus cien miembros... o muérdeme el cuello



tanto da quién diga las palabras, si son las mismas, todo indica que está otra vez probando por primera vez la cerveza en la cocina de su abuela. que ha vuelto a perder la ventaja que le llevaba a los juguetes robados.

que le han encontrado otra vez.

eso le recuerda lo que le costó cien golpes aprender: la única regla de la que no puede escapar es la misma que mantiene vivo al erizo y funcionales sus arterias de todo a cien,

debes renunciar a todo aquello que tengas miedo de perder...


...su nombre es el grito que estrangula mis dedos.

y así, entre ecos de juegos pasados, todo cambia.

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